Es un problema muy común que puede tener distintas causas y soluciones. Generalmente se produce porque la manguera de desagüe está atascada o doblada o porque la bomba de agua está obstruida.
La solución pasa por comprobar primero que la manguera de desagüe está bien, permite la salida de agua y no tiene dobleces y, si está bien, comprobar la hélice de la bomba de agua.
Para ello, hay que sacar el filtro y abrir la tapa de la bomba que se encuentra debajo. Una vez hecho comprobamos que la hélice no está obstruida y la limpiamos.
Otro de los problemas comunes del lavavajillas es que no entre agua. Se reconoce porque el electrodoméstico arranca pero al momento se para. Como en el caso anterior, lo más normal es que esté obstruida la manguera de entrada.
Lo primero que hay que hacer es comprobar que no haya dobleces en la manguera. Si no los hay, el problema es una obstrucción en el filtro de la manguera.
Para solucionarlo, lo primero que hay que hacer es cerrar la entrada de agua para evitar inundaciones. Después, desconectamos la parte de la manguera que va unida al lavavajillas y limpiamos el filtro.
Si aún así no funciona el problema puede ser más complejo y será necesario avisar a un técnico. También puede ser que no llegue agua a la vivienda, en ese caso, comprueba que las llaves de paso están dadas. Sino, llamar a un fontanero es la mejor solución.
Otro de los problemas comunes del lavavajillas cuya solución está en tu mano. En este caso puede haber muchas causas así que lo primero será saber si ha pasado sólo una vez o si es un problema recurrente.
Si ha pasado sólo una vez, el problema puede ser que algún plato o vaso haya obstruido la puerta del cajetín del detergente. También puede ser que hayamos usado un ciclo corto de lavado, para este caso siempre es mejor usar detergente líquido.
Si el problema se repite, es posible que haya una obstrucción en el aspa superior que impida que llegue el agua. Si es así, la solución pasa por comprobarlo y reordenar la vajilla. También puede suceder que se haya deteriorado la puerta del cajetín y no se abra correctamente. Aquí no hay más remedio que cambiar la pieza.
Abres el lavavajillas y te das cuenta de que una de las bandejas está más limpia que la otra. En este caso el problema suele ser circunstancial y es raro que se repita.
Normalmente se produce porque hay algo que obstruye una de las aspas e impide que gire correctamente y reparta el agua. Vuelve a colocar la vajilla y haz un nuevo ciclo para comprobar si sale todo limpio.
Si el problema se repite, hay que revisar las aspas porque es posible que no estén funcionando bien. En el caso de que haya que desmontarlas lo mejor es recurrir a un técnico.
Puede ocurrir que vayas a sacar la vajilla y te encuentres que está aún mojada: ahí tienes uno de los problemas comunes del lavavajillas más engorroso. En este caso existen dos posibilidades, una de ellas la puedes solucionar tú sin esfuerzo.
La primera de ellas es que no hayas puesto suficiente abrillantador y lo mejor es hacer un ciclo con la cantidad recomendada y comprobar que la vajilla sale bien.
También puede ser que se haya roto el termostato o la resistencia del electrodoméstico. Si es así, no queda más remedio que llamar a un técnico para que sustituya las piezas.
Puede ocurrir que descubras que tu lavavajillas está consumiendo mucha sal, lo más común es que sea un problema en el dosificador. Comprueba que está cerrado perfectamente y que la rosca no está deteriorada.
También puede ocurrir que se haya roto la electroválvula de regeneración. Si pruebas el dosificador y no encuentras ningún problema, tienes que llamar a un técnico para que identifique qué pasa y lo arregle.
No te preocupes, esto no suele ser una avería siempre que se haga el programa completo. La mayoría de los lavavajillas modernos incorporan sensores que van informando del estado del agua y la vajilla a medida que avanza el lavado.
De esta manera, si la vajilla que has introducido no está muy sucia o, por el contrario, está demasiado sucia, puede ser que la duración inicial se modifique.
Puedes evitarlo conociendo los distintos programas y eligiendo el que mejor le vaya a tu vajilla. No está de más conocer todos los usos que puedes dar al electrodoméstico para utilizarlo de la manera más eficaz.
El objetivo es que saques el máximo partido a tu lavavajillas, así que conocer y solucionar estos pequeños contratiempos es fundamental. Que nada te pare a la hora de aprovechar todo el potencial de tus electrodomésticos.